Limpieza propiamente dicha
A respetar al pie de la letra
Sexto día
→ Tarde
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18:00 horas: se mezclan cuatro cucharadas de sales de Epsom (sulfato de magnesio) con ¾ l (tres vasos de ¼ l) de agua filtrada (energizada, estructurada) en una jarra. De este modo obtendremos cuatro raciones de ¾ de vaso. El primer (3/4 de vaso) se toma en ese momento. Se puede tomar unos pocos sorbos de agua para neutralizar el sabor amargo o añadir un poco de jugo de limón para mejorar el sabor. Podemos beberlo con una pajita para evitar que pase por las papilas gustativas de la lengua. Podemos cepillarnos los dientes después o hacer un enjuague bucal con bicarbonato. Una de las principales acciones de las sales de Epsom consiste en dilatar (ensanchar) los conductos biliares para facilitar el paso de los cálculos. Además, las sales eliminan los residuos que pueden obstruir la salida de los cálculos.
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20:00 horas: a esta hora hay que tomar la segunda ración (3/4 de vaso) de sales de Epsom.
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21:30 horas: si no se ha evacuado hasta ahora y no se ha realizado una limpieza de colon en las últimas 24 horas, debe aplicarse un enema de agua, que hará que los intestinos se muevan. Si lo deseas, puedes hacer la limpieza intestinal en los días aconsejados en el vídeo que encuentras en Limpieza de hígado y vesícula biliar.
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21:45 horas: después de lavar bien los pomelos (o limones y naranjas), se exprimen a mano y se elimina su pulpa. Se precisan ¾ de vaso de jugo. Acto seguido, el jugo se vierte en la jarra con tapa y ½ vaso de aceite de oliva, se cierra la jarra (o la botella) herméticamente y se agita con fuerza, una 20 veces o hasta que la solución tenga un aspecto acuoso. Lo mejor es beber esta mezcla a las 22:00 horas, pero si se cree que tiene que ir al baño unas cuantas veces más, puede retrasar este paso unos 10 minutos.
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22:00 horas: junto a la cama (de pie), tomas la bebida, si es posible de modo continuado. Puedes beberla con una pajita si lo deseas. También puedes tomarla tapándote la nariz. Sin embargo, no deberías tener problemas para beber la mezcla de un trago. No conviene demorarse más de cinco minutos (sólo los ancianos o las personas débiles pueden tomarse más tiempo).
→ Ahora, hay que acostarse inmediatamente
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Esto es fundamental para deshacerse de los cálculos biliares.
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Hay que apagar las luces y tumbarse boca arriba con una o dos almohadas bajo la cabeza. La cabeza ha de estar más alta que el abdomen. Si no te sientes cómodo, puede acostarte sobre el lado derecho acercando las rodillas a la cabeza.
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Hay que permanecer totalmente inmóvil durante al menos 20 minutos, tratando de no hablar. Toda la atención debe concentrarse en el hígado. Puede resultar beneficioso colocar un envase de aceite de ricino sobre la zona del hígado.
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Es posible llegar a sentir cómo se mueven los cálculos por los conductos biliares como si fueran bolitas de cristal.
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No se sufrirán espasmos ni dolor alguno, pues, gracias al magnesio de las sales de Epsom, las válvulas del conducto biliar están muy abiertas y relajadas, y la bilis que sale junto a las piedras mantiene los conductos biliares bien lubricados. (Se trata de algo muy distinto a un ataque de cálculos biliares, en el que no hay magnesio ni bilis.) Si puedes, lo mejor es dormir.
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Si en algún momento de la noche sientes la necesidad urgente de evacuar, conviene hacerlo. Es interesante comprobar si ya hay pequeños cálculos (de color verde guisante o tostado) flotando en el inodoro.
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Es probable que por la noche o a primera hora de la mañana se sientan nauseas; ello se debe por lo genearal a una salida masiva y repentina de cálculos biliares y toxinas del hígado y la vesícula, que hace que la mezcla de jugo y aceite refluya al estómago. La nausea remitirá en el curso de la mañana.
→ A la mañana siguiente
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06:00 – 06:30 horas: al despertar, pero no antes de las 06:00, bebes otra ración de ¾ de vaso de las sales de Epsom (si tienes mucha sed, puedes beber un vaso de agua tibia antes de tomar las sales). Luego debes descansar, leyendo o meditando. Si tienes sueño, puedes volver a meterte en la cama, aunque es preferible que el cuerpo permanezca erguido. En general, uno se siente bien y podemos preferir hacer algún ejercicio ligero, como por ejemplo, yoga.
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08:00 horas: a esta hora bebes la cuarta y última ración de ¾ de vaso de las sales de Epsom.
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10:00 – 10:30 horas: puedes beber jugo de frutas recién exprimido. Media hora más tarde, podrás comer una o dos piezas de frutas. Una hora después puedes tomar una comida normal, aunque ligera. En la tarde o a la mañana siguiente deberías haber vuelto a la normalidad y empezar a sentir los primeros síntomas de mejoría.
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Es conveniente seguir consumiendo comidas ligeras durante dos o tres días.
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Debes recordar que el hígado y la vesícula biliar han pasado por una “operación” importante, aunque sin los efectos secundarios perjudiciales o los gastos que conlleva una intervención quirúrgica.
Nota: es conveniente beber agua siempre que se tenga sed, excepto justo después de tomar las sales de Epsom (dejar pasar unos 20 minutos) y durante las dos primeras horas después de beber la mezcla de aceite y jugo de frutas. Además, no conviene beber agua entre las 21:30 y las 02:00 de la madrugada (en caso de que la persona se despierte). Aparte de eso, se puede beber agua siempre que se tenga sed.