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Las  experiencias médicas y las investigaciones psicológicas han demostrado que nuestras actitudes mentales negativas son peligrosas y llevan a la enfermedad. Ellas actúan directamente o indirectamente por medio de ataques y de crisis cardíacas, o por enfermedades cuya fuente se encuentra en una acumulación de tensiones ininterrumpidas.Por supuesto que existen medios para escapar temporalmente, el alcohol o los tranquilizantes, pero estos remedios son destructivos, aunque estos no siempre resulten fatales. Aceleran el envejecimiento, deprimen, desmoralizan y finalmente engendran serias enfermedades.

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La mayoría del tiempo, las personas se hacen problemas únicamente por costumbre. Se imaginan cosas que no existen y que no existirán quizás jamás; que van a ser arruinadas financieramente y que no les quedará nada para vivir; o tienen miedo de la soledad, de ser abandonados y temen la vejez, et.

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Naturalmente, estas personas buscan excusas, empiezan a enfocarse en las circunstancias materiales y llevan una vida agitada, antes de admitir que esas enfermedades imaginarias tienen su fuente en ellos mismos.

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Según las investigaciones científicas sobre el Yoga efectuado en laboratorios de Lonavla, en India, y también según la ciencia médica occidental:

• Las inquietudes constantes y las penas prolongadas son el origen de la formación de cálculos, es decir, de pequeñas piedras en la vesícula biliar o en los riñones.

• Las frustraciones y el exceso de trabajo llevan al agotamiento nervioso.

• El alcohol, el tabaco, una alimentación demasiado grasa o demasiado salada provocan a menudo hipertensión.

• Los deseos insatisfechos, el desánimo, las decepciones y la desesperanza producen una especie de acidez en el estómago, y finalmente ulceras.

• Un espanto súbito produce diarreas, mientras que la excitación frecuente favorece las enfermedades al corazón y las varices.

• Un estado ansioso puede ser también la causa de una pereza intestinal crónica.

 

Todo esto prueba claramente que si utilizamos nuestras fuerzas mentales en sentido negativo caeremos enfermos tarde o temprano.

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Pero, cuando utilizamos nuestras fuerzas mentales de una manera positiva,  logramos modificar en el momento nuestro punto de vista y nuestra actitud. Una actitud mental positiva y la fe barren nuestras dudas, y nos parece entonces poseer bastante fuerza interior para sobrellevar todas nuestras dificultades.

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Todos los psicólogos saben que nuestras reacciones delante de estos hechos son más importantes que los hechos por ellos mismos: cuando miramos en frente un hecho cualquiera, por muy difícil que éste parezca no es tan importante como nuestra actitud hacia él. Un hecho puede agobiarnos mentalmente, antes de que podamos ocuparnos de él verdaderamente.

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                       Uno de los factores más poderoso es tener confianza en sí mismo.

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Cuando el Yoga es practicado consciente y correctamente, es un camino seguro para establecer el equilibrio y desarrollar la fuerza de voluntad y de resistencia, y sobre todo para lograr la serenidad y las paz interior.