El ayuno es para el organismo lo que son las vacaciones para el hombre; es decir, un periodo de reposo fisiológico durante el cual el cuerpo se libera de las toxinas almacenadas en el transcurso de los días.

 

Las toxinas alimenticias como también las toxinas debidas al estrés ocasionado por un aumento de pérdida de energía llevando a nuestros órganos a sobresalir en sus funciones metabólicas. El medioambiente es muy nocivo para el estado de salud del individuo.

 

El ayuno permite limpiar el organismo en profundidad, provocando crisis de desintoxicación o de eliminación de los desechos. Estas crisis serán más o menos intensas según la vitalidad de la persona.

 

El ayuno selecciona lo bueno de lo malo y destruirá en un orden de menor importancia, los elementos perturbadores dispersos en nuestro cuerpo

 

Las pérdidas orgánicas siguientes, han sido constatadas en la muerte por hambre:

• Grasas 91%

• Musculatura 56%

• Bazo 63%

• Sangre 17%

• Corazón 2%

• Sistema nervioso 0%

 

Durante el ayuno, el organismo vive con sus reservas. Es sólo cuando las reservas se han agotado que el hambre aparece y que la destrucción de los tejidos vitales interviene.

 

El ayuno es una limpieza completa de nuestros órganos, efectuada en profundidad. Vamos a evitar de este modo agregar al organismo un aporte alimentario, que va inevitablemente entrar en descomposición y producir venenos.

 

Durante el ayuno los tejidos alterados o indeseables son destruidos y absorbidos por autolisis. El ayuno va a contribuir a la absorción de los exudados, de los depósitos de cualquier origen, de los quistes, de los fibromas, etc.

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