Lo que el cuerpo
nos reclama
Las necesidades de nuestro cuerpo físico son satisfechas por al respiración, la nutrición,
la digestión y asimilación, la eliminación y el reposo.
Cuando esas necesidades no son satisfechas, aparecen las enfermedades
y posiblemente la muerte del cuerpo físico.
Con respecto a la respiración, desgraciadamente para nosotros, los occidentales, esta necesidad es una de la más dejada de lado y olvidada desde nuestra más tierna infancia. No nos damos cuenta que respiramos. Inspiramos sólo el aire necesario para mantenernos en vida y descuidamos la parte energética. Los orientales, en su antigua sabiduría, reconocen esa necesidad vital y enseñan a los niños desde la niñez, el arte de la buena respiración.
Sabemos que podemos vivir sólo algunos minutos sin aire y no más de algunos días sin agua. Esta es la prueba para consumir la cantidad de agua que nuestro cuerpo necesita para vivir y al mismo tiempo debemos comer sólo lo que nuestro cuerpo necesita. Esto facilita enormemente la digestión y la asimilación. Al alimentarnos de manera correcta, no deberíamos tener problemas de eliminación. No debemos hacer esperar las necesidades del cuerpo. Como tampoco debemos restarle importancia al equilibrio de las actividades cotidianas y acordarle el tiempo necesario para el buen funcionamiento del cuerpo físico: movernos, trabajar, divertirnos, descansar y dormir.
Algunos consejos para mantener el buen equilibrio en nuestra vida física :
→ respirar conscientemente
→ comer y beber según el hambre y las actividades físicas
→ sentir el placer, divertirse, reír más
→ descansar, tomar momento de relajo solo, según las necesidades
→ dormir según las necesidades de sueño
En lo que concierne el cuerpo energético, no hay necesidad puesto que está completo por sí solo. Este cuerpo sirve como lazo con nuestros otros cuerpos sutiles, es decir, emocional y mental. Este cuerpo de energía está conectado a la fuente inagotable que es el universo. Sólo el humano, por el poder mental, puede desconectarse se su energía. En cambio, la energía queda allí en abundancia.