Las neuronas espejo en el corazón de la ecopraxia
Los bostezos son contagiosos sencillamente por que sufrimos un efecto espejo llamado “ecopraxia”: imitación involuntaria e impulsiva de gestos o movimientos vistos en otros individuos, también llamado Automatismo imitativo o Ecocinesis.
La explicación del contagio de bostezo, científicamente denominado “ecopraxia del bostezo”, hay que buscarla del lado del cerebro, más precisamente, del lazo entre percepción observadas en otra persona y funcionamiento neural. Un lazo que se estabiliza en ciertas categorías de neuronas motores: las neuronas espejo.
Si las neuronas motores pueden ser vistas como los microcircuitos que nos permiten realizar tal o cual acción, las neuronas espejo son las que nos permiten vernos accionar en el lugar del otro. Esto corresponde a un fenómeno neurológico al origen de un aprendizaje “por imitación” y de empatía, por ejemplo.
Hay una serie de reacciones que al verlas -nuestro cerebro- inmediatamente nos envía una señal para “imitarla”. Es por la sencilla razón por la que la risa puede ser muy contagiosa, ver llorar a otra persona nos emociona, si oímos toser nos entran ganas de hacerlo o si alguien se rasca nos empieza a picar algo a nosotros.