Hatha Yoga
El Hatha -Yoga elige al cuerpo y las funciones vitales como sus instrumentos de perfección y realización;
se preocupa del cuerpo físico.
El Hatha Yoga es el yoga más practicado en occidente, a través de él accedemos más fácilmente a los otros tipos.
El Hatha Yoga nos propone una medida a respetar, una progresión a seguir. Nos fija un cuadro en el que podemos construir una nueva vida.
Podemos traducir Hatha Yoga como “Camino del esfuerzo justo”
Estas palabras en sánscrito quieren decir:
Ha → Sol o fuerza masculina positiva, activa
Tha → Luna o fuerza femenina negativa, pasiva
Yoga → Unión, conjunción
El Yoga también nos habla de lo físico, de la actividad o de la “manera de mantener o de restablecer el equilibrio entre las dos fuerzas Ha - Tha, la actividad y el reposo.
Los cinco primeros escalones que nos conducen al Yoga llamados "aspectos exteriores del trabajo sobre nosotros mismos".
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los preceptos
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la observación
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las posturas
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la respiración
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la relajación
Los tres últimos grados o escalones forman los aspectos interiores, la mayoría de las veces dejados de lado o contrariamente, sobrevalorados, considerados más atractivos, más prometedores.
El Hatha Yoga se articula sobre el 4to escalón tradicional: la respiración, cuyo funcionamiento depende de nuestra actitud física.
Los pulmones atrapados por una espalda redonda, aprisionados por un pecho abatido, no pueden cumplir con su rol de “fuelle” que mantiene la llama de la vitalidad. Debemos darle el espacio que necesitan, enderezando, flexibilizando la columna vertebral. Este es el rol de las posturas, 3er escalón, que obedecen al juego de relación, 5to escalón, que acompaña y compensa cada tensión.
El triple Sendero de las Obras, del Amor y del Conocimiento usa una parte del ser mental, de la voluntad, del corazón o del intelecto como punto de partida, y busca, mediante su conversión, llegar a la Verdad, a la Beatitud y a la Infinitud liberadoras que son la naturaleza de la vida espiritual. Su método es un directo intercambio entre el espíritu humano en el cuerpo individual y el espíritu divino que mora en todo cuerpo y trasciende toda forma y nombre.
El Hatha-Yoga tiende a la conquista de la vida y del cuerpo cuya combinación en la envoltura corporal y el vehículo vital constituye el cuerpo denso y cuyo equilibrio es el fundamento de todas las obras de la Naturaleza en el ser humano. Este equilibrio establecido por la Naturaleza es suficiente para la egoísta vida normal, pero es insuficiente para la finalidad del Hatha-yogui, ya que se basa en la cantidad de fuerza vital o dinámica necesaria para impulsar el motor físico durante el espacio normal de vida humana y cumplir, más o menos adecuadamente, las diversas actividades exigidas por la vida individual que habita esa estructura y por el medio mundano por el que se condiciona.
El Hatha-Yoga busca, por lo tanto, rectificar la Naturaleza y establecer otro equilibrio por el que la estructura física pueda aguantar la irrupción de una creciente fuerza vital o dinámica de Prana indefinido, casi infinito en su cantidad o intensidad. En la Naturaleza, el equilibrio se basa en la individualización de una cantidad y fuerza limitadas de Prana; por hábito personal y hereditario el individuo es incapaz de llevar, usar o controlar más que eso. En el Hatha-Yoga, el equilibrio abre una puerta a la universalización de la vitalidad individual, admitiendo en el cuerpo, conteniendo, usando y controlando una acción mucho menos fija y limitada de la energía universal.
Los principales procesos del Hatha-Yoga son:
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Asana (posturas) y
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Pránáyáma (respiración).
Mediante sus numerosas Asanas o posturas fijas, primero cura el cuerpo de ese desasosiego que es signo de su incapacidad de contener (sin librarse de ellas en la acción y el movimiento) las fuerzas vitales volcadas en él desde el universal Océano Vital; le aporta salud, fuerza y flexibilidad extraordinarias y procura liberarlo de los hábitos por los que está sujeto a la naturaleza física ordinaria dentro de los estrechos límites de sus actividades normales.
Según la antigua tradición del Hatha-Yoga, siempre se supuso que podía llevarse tan lejos esta conquista hasta dominar, en gran medida, la fuerza de gravedad. Por varios procesos subsidiarios pero elaborados, el Hathayogui proyecta a menudo, mantener libre el cuerpo de todas las impurezas y el sistema nervioso no obstruido para aquellos ejercicios respiratorios que son sus instrumentos más importantes.
Pránáyáma, control de la respiración o del poder vital; pues la respiración es la función física principal de las fuerzas vitales. El Pránáyáma tiene para el Hathayogui doble finalidad:
→ Primero, completa la perfección corporal.
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La vitalidad se libera de muchas de las necesidades ordinarias de la naturaleza física
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Se logra salud robusta, juventud prolongada y, a menudo, extraordinaria longevidad
→ Por otra parte, despierta a la enroscada serpiente (kundalini) del dinamismo pránico en la envoltura vital y traspasa al Yogui los normales campos de la consciencia, ámbitos de la experiencia y facultades, abriéndole a experiencias negadas a la vida humana ordinaria, mientras intensifica vigorosamente aquellos poderes y facultades normales que él ya posee. Estos beneficios pueden asegurarse y acentuarse posteriormente mediante otros procesos subsidiarios al alcance del Hatha-yogui.
De esa manera, los resultados del Hatha-Yoga son asombrosos y se imponen con facilidad sobre la mente vulgar o física. Sin embargo, podemos preguntarnos:
¿Qué hemos ganado al fin de esta estupenda labor?
Y podemos respondernos:
En una escala anormal, se desarrollan el objetivo de la naturaleza física que es la preservación de la mera vida física, su perfección suprema, incluso en cierto sentido, la capacidad de un mayor disfrute de la vida física.
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