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¿Qué resultados esperar?

Durante la mañana, y tal vez por la tarde, tras la limpieza hepática, las deposiciones serán liquidas. Al principio, se trata de cálculos biliares mezclados con restos de alimentos (si es que no se ha hecho una rigurosa limpieza de colon), y después tan sólo serán piedras con agua. La mayoría de los cálculos biliares son de color verde guisante y flotan en el inodoro porque contienen compuestos biliares. 

Los cálculos biliares pueden ser de varios colores y formas. Las piedras de color claro son las más recientes, y las de color verde oscuro son las más antiguas. Algunas son del tamaño de un guisante o más pequeñas, y otras miden hasta 2,5 cm de diámetro. Pueden salir de una sola vez docenas y, a veces, incluso cientos de piedras.

Vale la pena observar, asimismo, si hay piedras de color pardo y blanco, algunas de las éstas pueden irse al fondo con las heces. Se trata de cálculos calcificados que han sido expulsados de la vesícula. Contienen sustancias tóxicas más pesadas y pequeñas cantidades de colesterol. Las piedras verdes y amarillentas son todas blandas como una masilla gracias a la acción del jugo de manzana.

Es posible que en el inodoro flote también una fina capa de viruta o una especie de “espuma” blanca o de color pardo. La espuma está formada por millones de pequeños cristales de colesterol blancos y puntiagudos, que pueden llegar a rasgar los conductos biliares pequeños. Expulsarlos también es importante.

No está de más hacer un recuento aproximado del número de piedras que se ha eliminado. A fin de sanar permanentemente la bursitis, el dolor de espalda, las alergias u otros problemas de salud, y para prevenir enfermedades, es necesario eliminar todas las piedras. Para ello se necesitaran de 8 a 12 limpiezas, que pueden realizarse en intervalos de tres semanas o un mes (no conviene realizar limpiezas más a menudo).

 

El descanso de tres semanas entre una y otra limpieza puede incluir la preparación de seis días para la siguiente, pero lo ideal seria empezar el nuevo proceso una vez trascurridas tres semanas. Si no se puede llevar a cabo la limpieza con tanta frecuencia, no hay problema en espaciarla más.

Es importante recordar que una vez iniciada la limpieza hepática, es preciso seguir con ella hasta que en dos limpiezas consecutivas el cuerpo no expulse más piedras. Si se deja el hígado a medio limpiar durante un periodo prolongado de tiempo (tres meses o más), pueden llegar a sentirse más molestias que si no se hubiera hecho nada. El hígado empezara a funcionar con mayor eficacia poco después de la primera limpieza, y es posible que se empiecen a notar mejoras repentinas, a veces es cuestión de horas. Los dolores disminuirán, la energía aumentará y la lucidez mental mejorará notablemente.

 

Sin embargo, al cabo de unos pocos días, las piedras de la parte posterior del hígado habrán “avanzado” hacia los dos conductos biliares principales (conductos hepáticos) del hígado, lo que puede provocar que reaparezcan algunos de los molestos síntomas anteriores o todos ellos. De hecho, es posible sentirse decepcionado por la aparente brevedad de la recuperación. Pero todo eso solo indica que algunas piedras se han quedado atrás y que están listas para ser eliminadas en la próxima limpieza. No obstante, las respuestas de autorrestablecimiento y limpieza del hígado se habrán reforzado notablemente con el consiguiente aumento de la eficacia de este órgano vital del cuerpo.

 

Mientras queden pequeñas piedras que migran de algunos de los miles y minúsculos conductos biliares a algunos de los cientos de conductos biliares más grandes, pueden mezclarse y formar piedras de mayor tamaño y dar lugar a síntomas de cabeza, de oído, problemas digestivos, hinchazón, irritabilidad, rabia, etc., aunque es posible que sean menos intensos que antes.

Si con motivo de dos limpiezas consecutivas no salen más piedras, lo que puede ocurrir tras 6 u 8 lavados (en casos graves es posible que sea después de 10 a 12 o más), puede considerarse que el hígado está libre de piedras. No obstante, se recomienda repetir el lavado de hígado después de 6 a 8 meses, a fin de estimular el hígado y evitar que vayan acumulándose toxinas o nuevas piedras.

Nota: Si tienes un colon muy congestionado o sueles estar estreñido deberías plantearte la posibilidad de realizar dos o tres limpiezas de colon antes de la primera limpieza hepática. Además, para mayor seguridad, es muy importante que se limpie el colon durante tres días una vez terminada la limpieza hepática. Al eliminar los cálculos biliares del hígado y de la vejiga pueden quedar algunas piedras y otros residuos tóxicos en el colon. Para evitar posibles problemas de toxemia debidos a la retención de piedras en el colon, es muy importante eliminarlos.

Advertencia: nunca debe llevarse a cabo una limpieza hepática cuando se sufre alguna enfermedad aguda, aunque sea un simple resfriado. Sin embargo, si se padece alguna enfermedad crónica, limpiar el hígado es lo mejor que se puede hacer por la salud. No conviene tratar de limpiarlo cuando se está tomando medicamentos por prescripción facultativa, como antibióticos, esteroides, analgésicos, estatinas y otros fármacos supresores. El hígado no puede descomponer y liberar estos fármacos y al mismo tiempo suprimir esta actividad (como hacen los fármacos). Es mejor aplazar la limpieza hasta que se haya dejado de tomar el medicamento durante 10 días por lo menos.

Dolor de cabeza o nauseas en los días posteriores a la limpieza hepática

El dolor de cabeza o nauseas en los días siguientes a la limpieza hepática, se debe principalmente a que no se han seguido correctamente las instrucciones. En otras raras ocasiones es posible que se sigan expulsando cálculos biliares del hígado una vez acabada la limpieza. Algunas de las toxinas liberadas por estas piedras pueden penetrar en el sistema circulatorio y causar molestias. En este caso, se recomienda beber 125 ml de jugo de manzana durante siete días seguidos, o mientras persisten las molestias, después de la limpieza hepática. El jugo se debe ingerir al menos media hora antes de desayunar. Quizá sea necesario repetir la limpieza del colon con el fin de eliminar cualquier piedra rezagada.

 

  -  También un trocito de jengibre fresco en el termo de agua que se va bebiendo acabará rápidamente con las nauseas.

  -  Beber de dos a tres tazas de manzanilla al día también logra calmar el tracto digestivo y el sistema nervioso, ya que esta hierba es un “rompepiedras” efectivo en el caso de cálculos calcificados.

 

Sensación de malestar durante la limpieza hepática

Si has seguido al pie de la letra todas las instrucciones del procedimiento, pero aún así la te sientes enfermo durante algún tiempo en el proceso de limpieza del hígado, no debes asustarte y pensar que algo va mal. Es muy raro, que se produzcan vómitos o sensación de nauseas por la noche, ello ocurre cuando la vesícula expulsa bilis y cálculos biliares con mucha fuerza y la bilis devuelve al estómago el aceite mezclado con un poco de bilis, y esto provoca malestar. En este caso, se puede notar la expulsión de piedras; no se siente un dolor agudo, sólo una leve contracción.

 

Para eliminar las nauseas rápidamente, se debe tomar una pastilla de ácido clorhídrico (HCI), ella logra que se cierre el esfínter del esófago, impidiendo así que la mezcla de aceite y jugo penetre en el esófago y produzca malestar.

 

Cuando la limpieza hepática no da los resultados esperados

En algunos casos, aunque muy rara vez, la limpieza hepática no da los resultados que se esperan.

Principales causas de esta dificultad y sus remedios:

  • Es probable que una fuerte congestión de los conductos biliares del hígado, debida a las estructuras sumamente densas de los cálculos, haya impedido que el jugo de manzana las haya ablandado suficientemente en el primer intento de limpieza. Algunas personas talvez tengan que efectuar dos o tres limpiezas hepáticas antes de que las piedras empiecen a salir. La chanca piedra, también conocida como “romprepiedras”, puede ayudar a preparar el hígado y la vesícula a expulsar las piedras de modo efectivo, especialmente si hay piedras calcificadas en la vsicula biliar. Hay que tomar 20 gotas de extracto en un vaso de agua, tres veces al días furnate al menos dos o tres semanas antes de la siguiente limpieza. También el aceite de menta enterico, tomado en forma de capsulas, es útil para disolver los cálculos biliares calcificados o reducir su tamaño. Sin embargo, quizá no sea fácil encontrarlo en estado puro, pues generalmente esta mezclado con otros ingrediente que pueden reducir su eficacia.

 

Asimismo, beber dos a tres tazas de manzanilla al día ayuda a disolver las piedras calcificadas.

Otro método útil para ayudar al hígado y a la vesícula durante la limpieza y facilitar la eliminación de mas piedras es empapar una toallita en vinagre de sidra de manzana  caliente y aplicarla en la zona del hígado/vesícula durante 20 /30 minutos mientras se permanece tumbado e inmóvil. Algunas personas han observado que les es mas beneficioso utilizar, en su lugar, aceite de ricino caliente.

Las hierbas Genciana china y Bupléurum ayudan a deshacer parte de la congestión y, de este modo, preparan el hígado para una limpieza mas efectiva. Estas hierbas, comúnmente conocidas con el nombre de licor amargo chino, se preparan en forma de tintura. La dosis idónea de esta tintura es de media a una cucharadita al día, tomada en ayunas, unos 30 minutos antes de desayuno. Este régimen debería seguirse durante tres semanas antes de beber el jugo de manzana (o antes de emplear otras alternativas comentadas en el apartado anterior). Cualquier molestia surgida tras la limpieza suele desaparecer al cabo de entre tres y seis días, si bien puede mitigarse aplicando el método de limpieza de tejidos a base de agua caliente ionizada y manteniendo el colon limpio con capsulas de OxyFlush, Oxy-Power, Colosan, una tabla de Colema o un enema.

 

  • Es posible que no se hayan seguido debidamente las instrucciones. Si se ha omitido algún paso del procedimiento o se han cambiado las dosis o los tiempos fijados para los pasos descritos, es posible que no se obtengan todos los resultados esperados. En algunos casos, la limpieza hepática no resulta efectiva  si previamente no se ha procedido a una limpieza del intestino grueso. El atasco de residuos y gases reduce la secreción adecuada de bilis e impide que la mezcla de aceite pase fácilmente a través del tracto gastrointestinal. En personas muy estreñidas, la vesícula apenas consigue abrirse durante la limpieza hepática. El mejor momento para una irrigación del colon o la aplicación de un metido alternativo de limpieza del colon es el día de la limpieza hepática propiamente dicha.

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