Toxicidad intestinal
Somos el reflejo de lo que comemos
Contaminación interna
La mayoría de los problemas intestinales se debe a la ingesta de alimentos que dañan nuestro organismo. Los alimentos o productos elaborados provocan efectos muy irritantes en la mucosa que protege los tejidos del tracto digestivo, de la boca al ano: alimentos desvitalizados, elaborados, irradiados, refinados, demasiado fritos, enlatados o cocinados en el microondas.
Los alimentos que generan gran cantidad de ácido, como carnes rojas, pescados, aves, huevos, quesos, azúcar blanco, sal refinada, chocolate, dulces, zumos comerciales, café, alcohol, refrescos y sustancias alucinógenas y fármacos, también irritan las paredes intestinales. Puesto que al organismo no le interesa este tipo de productos, ni tampoco tiene la capacidad para digerirlos y menos aun utilizarlos ya que son potencialmente dañinos para la sangre y para las células, muchos de estos productos experimentan transformaciones bioquímicas como la fermentación y la putrefacción. El colon puede por sí solo albergar más de 700 especies diferentes de bacterias que normalmente ayudan a descomponer adecuadamente los residuos. Sin embargo, cuando ese proceso incluye la fermentación y la putrefacción de grandes cantidades de alimentos mal digeridos, los microorganismos destructores que están presentes de modo natural proliferan y producen un exceso de sustancias toxicas que irritan o dañan el recubrimiento de la pared intestinal. A efectos prácticos, este revestimiento sirve de piel interior destinada a proteger la sangre e impedir que se intoxique. Cuando ese recubrimiento resulta dañado, nuestra vida corre peligro.
Consecuencias de un colon sobrecargado
Los cambios estructurales que tienen que llevar a cabo los intestinos para acomodar el exceso de materia fecal son extraordinarios. Son cambios que afectan a la salud de muchos otros órganos del cuerpo.
Puntos reflejos del colon
La acumulación de materia fecal atrae a muchas bacterias destructivas, cuya actividad de descomposición genera toxinas. Cuando algunas de esas toxinas empiezan a infiltrarse en la linfa, la sangre y los órganos adyacentes a través de las paredes del colon, surgen complicaciones mas graves que la simple “pérdida de línea”. Migrañas, dolores de cabeza, dolores de cuello y de espalda, inflamaciones, tensión premenstrual, menstruaciones irregulares, calambres abdominales, quistes ováricos, inestabilidad emocional, trastornos sexuales, infecciones renales y a la vejiga, pérdida de facultades mentales y cáncer son algunas de las complicaciones relacionadas con un colon sobrecargado.
De hecho, es muy extraño que una enfermedad crónica no esté relacionada con alguna disfunción del colon. El intestino grueso alberga importantes puntos reflejos neurales, que conectan directamente a este órgano con todas las partes del organismo. Cualquiera que sea la zona del colon que esté vinculada con la materia fecal, la parte correspondiente del cuerpo presentará síntomas de malestar y enfermedad.
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Fuente:
Los secretos eternos de la salud, Medicina de vanguardia para el siglo XXI, Andreas Moritz, 2008.