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Omega 6

El omega 6 es un ácido graso poliinsaturado esencial que se encuentra generalmente en los aceites vírgenes. Es sintetizado únicamente por vegetales. Se encuentra en buenas porciones en el aceite de maravilla, de maíz, de sésamo, de alazor, de zapallo, de nuez.

 

El omega 6 linoleico es el precursor de dos tipos de prostaglandinas:

Las prostaglandinas  PGE1, que participan en:

  • El equilibrio de las hormonas de la reproducción;

  • La tonicidad venosa.

 

Son también:

  • Vasodilatadoras (disminución de la presión arterial). Precursoras de hormonas antagonistas. Las PGE2 van a frenar esta acción vasodilatadora. Es recomendado, entonces, tener un aporte cotidiano paralelo en omega 3 de origen vegetal y animal;

  • Antiagregante plaquetario puesto que previenen la formación de trombosis y coágulos sanguíneos;

  • Antiinflamatorios: al disminuir la síntesis de las moléculas factor de inflamación, contribuyen a frenar las reacciones de tipo inmuno-inflamatoria que se encuentra en la artritis reumática, el asma, el lupus eritematoso, la glomérulo nefritis, las inflamaciones del estómago y del intestino (colitis), la dermatitis atópica, etc.

 

El omega 6, por su acción sobre la prostaglandina PGE1, contribuye también a:

 

  • Mejorar la inmunidad;

  • Reducir la tasa de colesterol y de triglicéridos sanguíneos (poseen un rol en la disminución de la athergenesis: protección de las arterias y de los vasos;

  • Reforzar la elasticidad de los tejidos;

  • Mejorar el funcionamiento del sistema nervioso.

 

 

El ácido omega 6 linoleico esencial se encuentra al origen de las prostaglandinas antiinflamatorias PGE1, pero también de las prostaglandinas PGE2 que juegan, en cuanto a ellas, un rol pro-inflamatorio, pro-agregante plaquetario y vasoconstrictor. Su función es favorecer la formación de coágulos sanguíneos y la cicatrización de heridas.

 

 

La aumentación de las prostaglandinas PGE2 puede ser causada, entre otros, por:

  • Un excedente de radicales libres (moléculas oxidantes) en relación con los antioxidantes: vitaminas A, E, C, zinc, cobre, manganesio, hierro, selenio, mangnesio, SOD,  glutatión, catalasa, flavonoides y polifenol de frutas y verduras, etc. Bajo la acción de los radicales libres, los ácidos grasos van a oxidarse y presentarse como “trans” que favorecen la formacón de prostaglandinas y de leucotrienos inflamatorios;

 

  • La falta de ácido gama-linoleico (un derivado de omega 6), lo que impide a los PGE1 antiinflamatorios ser sintetizados. En efecto, en ciertas situaciones patológicas o en momentos de estrés excesivo y de contaminantes diversos, ya sea, las enzimas de transformación faltan o están desnaturalizadas, o bien los cofactores de la actividad enzimática no están disponibles.

 

 

A partir de ese momento, el organismo no sabe más transformar el omega 6 cis-linoleico esencial en ácido gama-linoleico, luego en dihomo-gama-linolénico, etapas ineludibles para fabricar las preciosas hormonas prostaglandinas PGE1. Con la edad, el estrés, una muy alta temperatura de cocción de los alimentos, el uso de contaminantes, el tabaco, el alcohol, etc., el cuerpo no logra efectuar la “cascada de transformaciones” determinante para el equilibrio ovárico, la velocidad de conducción nerviosa, la elasticidad de los tejidos y la tonicidad del sistema circulatorio. La concentración más grande de ácidos gama-linolénico para restablecer ese eslabón perdido se encuentra en los aceites de onagra y, sobre todo, de borraja.

 

¿Cuáles son los alimentos susceptibles de favorecer la formación de prostaglandinas pro-inflamatorias?

 

Todos los alimentos ricos en ácidos grasos saturados o los cuerpos grasos, que aunque sean poliinsaturados en un principio, luego son transformados por el calor o por una acción química. Esto concierne particularmente al conjunto de aceites refinados del comercio, la mantequilla, la crema, los lácteos y, en menor medida, los quesos y los yogures puesto que su contenido en calcio y magnesio reduce la absorción de los ácidos grasos saturados. Su uso debe seguir siendo moderado, también por otras razones. (Ver ácidos grasos trans).

 

Las carencias de ácidos grasos omega 6, pueden provocar diferentes patologías:

 

  • Enfermedades cardio-vasculares e hipercolesterolemia;

  • Degeneración hepática;

  • Infecciones repetidas y enfermedades inflamatorias;

  • Desordenes de comportamiento y dificultades de concentración;

  • Abortos espontáneos y esterilidad, síndrome premenstrual, trastornos de la menopausia;

  • Artritis

  • Alopecia y desórdenes cutáneos;

  • Desórdenes nerviosos, disminución de la velocidad de conducción nerviosa;

  • Degeneración renal;

  • Crecimiento tardío, deshidratación, ralentización de la cicatrización;

 

 

Los excesos de ácidos grasos omega 6 de la rama araquidónico pueden provocar:

  • Enfermedades inflamatorias, si hay insuficiencia de antioxidantes.

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