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La importancia de limpiar el colon y los riñones

Aunque la limpieza del hígado por sí sola puede arrojar resultados realmente increíbles, lo ideal sería hacerlo después de una limpieza del colon y renal.

 

La limpieza del colon asegura que los cálculos se eliminen fácilmente del intestino grueso.

 

Al limpiar los riñones nos aseguramos de que las toxinas que se expulsan del hígado durante la limpieza hepática no supongan ninguna carga para esos órganos secretores vitales. No obstante, si nunca se han padecido problemas renales, piedras en los riñones o infección de la vejiga, se puede seguir adelante con la secuencia de la limpieza del colon – limpieza de hígado – limpieza de colon. Sin embargo, hay que recordar que es preciso realizar una limpieza renal posteriormente. Más adelante, después de tres o cuatro limpiezas hepáticas y una vez el hígado esté completamente limpio, conviene realizar una limpieza de riñones. Además, se aconseja beber una taza de té renal durante dos o tres días después de cada limpieza hepática. Deben seguirse las mismas indicaciones que para la preparación de la limpieza renal principal.

 

La limpieza renal y la hepática pueden realizarse simultaneamente, pero no debe tomarse té renal el día de limpieza hepática propiamente dicha.

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