La influencia de las energías

 

La Ayurveda considera que las energías son las que nos animan, nos dan vida a nosotros y a todo lo que nos rodea. En efecto, no somos sólo seres de carne y hueso. Hay cosas que viven a nuestro rededor y que no comprendemos muy bien. Como una consciencia, movimientos, deseos, un carácter, …

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Pero, ¿Cómo funciona esto? ¿Cómo las energías pueden influenciar en nuestro cuerpo físico, como también en nuestros humores, en nuestros pensamientos, en nuestros sueños, en nuestro carácter?

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Nuestro cuerpo es una gran red de diferentes energías que nos atraviesan, que se reencuentran, se refuerzan o se debilitan mutuamente. Ellas son la base de nuestro espíritu, de nuestros estados de ánimo y de nuestra salud.

 

Las fronteras de nuestro cuerpo no se terminan en el cuerpo físico. Sabemos que nuestro cuerpo posee un Aura,  que es una sutil aureola de luz, que sirve de barrera para protegernos contra la negatividad externa, y en el centro de la cual circulan nuestras energías.

 

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Las diferentes capas del Aura, los cuerpos sutiles.

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Percepciones de estas energías en el mundo

 

Numerosas han sido las civilizaciones que han abordado estas nociones de energías. Los chackras, por ejemplo no son propias de las creencias hindúes ancestrales o de la tendencia Yoga occidental de los últimos 30 años. Efectivamente, los pitagóricos, los mayas, los egipcios o los celtas, ya describían ruedas de energía de una forma de anatomía sutil. Más próxima de nuestros días, Santa Teresa de Ávila, hermana carmelita del siglo XVI, hablaba claramente de “moradas del cuerpo” describiendo así los chackras. Muchos años después, escritores, fundadores, sucesivamente, nuevas corrientes de pensamiento como Helena Blavatsky, Alice Bailey, Arthur Avalon ou Rudolf Steiner, por ejemplo, han también trabajado sobre nuestros cuerpos energéticos y sobre la conexión entre el Hombre y el Universo. Con esto queremos decir, que no se habla acá de nociones recientes sino de nociones evocadas a través de las edades y en todas las regiones del mundo.

 

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​Percibir, experimentar nuestras energías

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Darse cuenta que una cosa tan sutil existe, en un mundo donde se nos ha enseñado a creer sólo en lo material, resulta complicado para nuestros espíritus occidentales, a menudo muy herméticos. Es así como las personas que dicen ser capaces de percibir los cuerpos sutiles, el Aura, pasan a menudo por iluminados o gurús. De hecho, tenemos el derecho de preguntarnos porqué algunas personas tendrían esta capacidad y otras no. Al parecer, todo es cuestión de entrenamiento y de aceptación.

 

Por lo tanto, si se quiere progresar, es necesario abrirse y perseverar. Perseverar, puesto que después de haber pasado años callando nuestros instintos, cortándonos de nuestro interior, construyendo muros entre nuestro “yo” profundo y nuestro “yo” social, no podemos pensar que esto se pueda evaporar en un segundo. Es necesario despertar esta parte de nosotros y deshacer nuestros reflejos y nuestras creencias.

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