Una carencia en enzimas nutritivas, normalmente traídas por una alimentación desequilibrada, genera un aumento de trabajo del páncreas con el fin de fabricar enzimas digestivas.
Si la situación persiste, la síntesis de enzimas digestivas será perjudicial para las enzimas metabólicas que necesitamos para asegurar el conjunto de los metabolismos de nuestro cuerpo. Uno de sus papeles es impedir que el colesterol se deposite en las arterias. Ciertas enzimas son especializadas en la descontaminación de los espacios intercelulares e intracelulares. En el organismo circulan 64 tipos de enzimas cuya labor es eliminar desechos y prevenir la formación de placas. El organismo va a dejar que se acumulen en él toda clase de substancias que debería normalmente haber evacuado, lo que provocará un envejecimiento prematuro del cuerpo y favorecerá enfermedades (como la diabetes, la artrosis, problemas cardiovasculares, reacciones alérgicas crónicas, ciertos cánceres, etc.).
Ciertas carencias en nutrimientos o en páncreas perezoso pueden igualmente participar en un déficit enzimático.
Las enzimas contribuyen, en el seno de los leucocitos (o glóbulos blancos), a degradar o absorber los cuerpos extraños (o alérgenos). Su carencia es entonces susceptible de provocar una sensibilidad en los alérgenos atmosféricos. Muy a menudo podremos constatar una típica reacción histamínica, incluyendo un enrojecimiento de los ojos o de los tejidos locales, temperatura, una congestión nasal y dolores, etc.
La amilasa posee un rol antihistamínico bloqueando los anticuerpos lgG. Contribuye a moderar y a estabilizar la acción de los mastocitos y basófilos (glóbulos blancos) en la liberación de la histamina en reacción a la zona dañada.
Algunas investigaciones realizadas han demostrado que cuando el páncreas es muy solicitado puede triplicar su peso, pero que el cerebro en ese caso reduce su volumen.
El sistema inmunitario cuyo rol es neutralizar toda molécula indeseable (antígeno, virus, bacteria, tóxico, etc.), lo hace sobre todo gracias a las enzimas.
En caso de deficiencia enzimática debida, por ejemplo, a una falta de alimentos crudos, el sistema inmunitario se debilitará. El doctor A. E. Leskover ha demostrado, gracias a sus trabajos, que la complementación en enzimas permite una aumentación del número de células inmunitarias (macrófagos y células asesinas) de 700% a 1300%.
Debemos saber que en nuestro organismo hay alrededor de 75.000 enzimas diferentes, repartidas en tres grandes familias:
Las enzimas metabólicas
Participan en las transformaciones bioquímicas del organismo, tales como la formación de la urea, la eliminación del dióxido de carbono en los pulmones, la elaboración de nuevos tejidos.
Contribuyen a la síntesis de los huesos y a los procesos cerebrales. El simple hecho de emitir un pensamiento pone en juego enzimas especializadas. Ellas intervienen en muchos otros procesos: reproducción, defensa inmunitaria, energética, etc. Son solicitadas, entre otras cosas, en la asimilación de nutrientes como las vitaminas, los minerales y los oligo-elementos. En caso de insuficiencia enzimática, del aporte de cóctel vitamínico o mineral de síntesis quedará sin efecto en razón de la falta de asimilación. Solamente los productos fabricados a base de extractos de frutas y de plantas que aporten simultáneamente estas vitaminas con las enzimas de sus fuentes vegetales podrán ser convenientemente asimilados.
Las enzimas digestivas
Son fabricadas por el páncreas y por la digestión de proteínas, de glúcidos y de lípidos. Ciertas enzimas digestivas son producidas por las vellosidades del intestino delgado (lactasa, sacarasa, fructasa, maltasa). Entre las enzimas digestivas, encontramos tres tipos principales: la amilasa salival, la proteasa y la lipasa.
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Carencia en amilasa: esta enzima es necesaria en la digestión de almidones. La falta de amilasa puede provocar: constipación, diarrea, fibromialgia, déficit atencional, etc.
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Carencia en proteasa: esta enzima es necesaria en la digestión de proteínas. La falta de proteasa puede provocar: constipación, artritis, inflamaciones diversas, ansiedad, síndrome premenstrual, disfunción inmunitaria, etc.
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Carencia en Lipasa: esta enzima es necesaria en la digestión de grasas. La falta de lipasa puede provocar: la constipación, problema de vesícula biliar, enfermedad cardiaca, desequilibrios hormonales.
El consumo de alimentos crudos y alimentos vivos es muy reducido o casi nada en la alimentación diaria, y son en estos alimentos donde encontramos el buen aporte de las enzimas digestivas.Los alimentos crudos, es decir vegetales y frutas nos proporcionan las enzimas que necesitamos para el adecuado funcionamiento de la digestión de los nutrientes que consumimos día a día.
Así también el consumo de fermentos, germinados, algas, semillas y alimentos crudos y frescos son la fuente ideal para tener el mayor aporte de las enzimas digestivas. Por ello la importancia de incluir en nuestra alimentación diaria estos alimentos.
Las enzimas nutritivas
Aportadas por la alimentación, son indispensables en la digestión de los alimentos que las contienen. Una carencia en estas enzimas puede ser debido a la cocción de los alimentos, a ciertas técnicas de conservación (como la irradiación), a la falta de consumación de alimentos crudos o más aún a trastornos digestivos crónicos (tales como la hinchazón, los gases, la diarrea, etc.). Actualmente hay cada día menos enzimas en los alimentos modernos.
Contrariamente a todas las otras enzimas, la celulasa que encontramos solamente en los vegetales no puede ser fabricada por el organismo. Una masticación aplicada es indispensable para liberarla. En caso contrario, se corre el riesgo de sufrir hinchazón y gases intestinales. En ese momento podemos preferir no consumir alimentos crudos para resolver el problema. Pero esta decisión podrá solamente ocasionar numerosos trastornos de salud por falta de nutrientes “vivos” y de fibras.
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Carencia en celulasa: esta enzima nutritiva es necesaria para la digestión de fibras vegetales. La falta de celulasa puede provocar: constipación, eczema, dermatosis, micosis, obesidad, etc.
Algunos resultados interesantes han sido obtenidos en la reducción de ciertos riegos a nivele reumático, tumoral, vascular, arterial, cutáneo, respiratorio, digestivo, inflamatorio, traumático, etc. y esto gracias a complejos enzimáticos bajo forma de complementos alimentarios, asociados a mediadas de higiene general y alimentaria.
Si los alimentos crudos son tan importantes en el equilibrio alimentario, es por la gran sensibilidad de sus componentes a los efectos de la calor.