​

Estas propuesta de desintoxicación es muy fácil de realizar. Pero debemos recordar que para recuperar nuestro estado de salud, sólo tenemos que desearlo desde el fondo de nuestro Ser. Si no tenemos una actitud positiva y responsable frente a nuestra enfermedad, nada de lo que se nos diga tendrá un buen resultado, la sanación depende única y exclusivamente de cada uno.

Les propongo la limpieza de hígado de Andreas Moritz puesto que en mi experiencia personal, fue la que me devolvió la salud. Después de ella dije adiós para siempre a los antibióticos, antiinflamatorios, infiltraciones... Hoy les puedo decir que he recuperado al cien por ciento mi energía, mi vitalidad, mi buen humor, mi felicidad... este es sólo el primer paso... iremos avanzando suavemente por el camino que nos devolverá todo lo que hemos perdido y que ansiamos recuperar, pero debemos ser conscientes que el ingrediente más importante en esta receta es "el querer". 

​

Basándome en mi experiencia personal puedo afirmar que las piedras que se expulsan no son el resultado del jugo de pomelo (o naranja con limón) con el aceite de oliva sino que son piedras que se han acumulado en el hígado y en la vesícula, y son las que provocan tantas enfermedades.

​

​

¿Por qué me atrevo a afirmar esta posición?

En mis primeras tres limpiezas expulsé muchísimas piedras minúsculas y pensé que no habrían más grandes. Como tenía dolores intensos y adormecimiento en mis extremidades tuve tendencia a decaer y pensar que esto no resultaría, pero no bajé los brazos y lo realice una cuarta vez, fue en esa oportunidad que empecé a expulsar grandes piedras (fotografías que encontrarán más adelante) y de manera muy abundante. Mi proceso duró trece meses, es decir, trece limpiezas. En mis últimas dos limpiezas la expulsión de piedras cambio, por lo tanto di por terminado el proceso. Y lo más importante, en el transcurso de este proceso mis dolores fueron desapareciendo. A partir del cuarto mes, mis manos no amanecían dormidas... no sufría de calambres y muchas otras dolencias fueron desapareciendo paulatinamente. Hoy, a fines de diciembre de 2020 cumplo siete años que cuento con un perfecto estado de salud. Durante todos estos años no he vuelto a poner los pies en una consulta médica y han sido contados los parecetamol que he debido tomar por un malestar persistente en la cabeza. Puedo decir que hace siete años volví a mi naturaleza "La Salud". 

​