El Ser Humano
Para que la materia y el espíritu cobren vida, es indispensable la energía de vida.
La consideración de este parámetro es indispensable en un enfoque global de la salud.
Si nos quedamos solamente con el aspecto físico, el cuerpo humano puede ser considerado como una máquina extremadamente compleja que un día terminaremos por conocer perfectamente.
Los adeptos del enfoque puramente mecánico del cuerpo humano, trabajan a partir de la anatomía y las leyes físicas. Los recientes progresos de la biología y la física permiten entender mejor los mecanismos fundamentales que implica el funcionamiento de todo el organismo: la fisiología.
Pero, ¿qué dimensión le acordamos al hombre si sólo lo consideramos bajo su aspecto físico, descuidando o ignorando su dimensión psíquica, emocional y energética?
Aunque la física evolucione hacia una dimensión cuántica, sobrepasando poco a poco la única noción de moléculas y ondas, para hablar de información de partículas elementales, de neutrinos, admite cada vez más que aún no tiene los medios para medir los fenómenos que constata y que no sabe explicar. No obstante, los factores más sutiles tienen una influencia efectiva sobre nuestro cuerpo físico.
En algunas tradiciones orientales se considera el cuerpo como un agregado de materia que reúne varios elementos inorgánicos procedentes del agua, del mineral, y que bajo el efecto de una fuerza vital y de una consciencia, se diferencian para transformarse en un Ser animado. Dada la naturaleza inorgánica que es la base de ese cuerpo humano, irremediablemente hay en él una transformación y evolución.
Dicho esto, podemos comprender que el cerebro humano es un generador inagotable de energía cósmica de una calidad sumamente refinada, a partir de la energía inferior bruta de la Naturaleza. Esta es la clave del misterio, capaz de proyectar las formas y materializarlas en el mundo visible que su imaginación ha construido a partir de la materia cósmica inerte en el mundo invisible.
Existe ignorancia acerca de la dispersión y concreción de la energía cósmica en sus aspectos metafísicos. Vemos una vasta diferencia entre las calidades de dos cantidades iguales de energía gastadas por dos hombres de los cuales uno, supongamos está en camino a su tranquilo trabajo diario, y el otro en camino de denunciar a un semejante en la estación de policía. También se ve una diferencia especifica entre la energía en el movimiento del viento y el de una rueda girando.
A pesar de todas las maravillas mecánicas que se descubren día a día, el hombre se debe considerar bajo otros aspectos, que nos son menos familiares y menos accesibles a primera vista y que son esenciales para su funcionamiento y equilibrio, en consecuencia, para su salud. Se trata de la dimensión psíquica, emocional y energética. El no integrarlas, nos imposibilita el comprender al Ser Humano en su globalidad y su unidad.