Ha llegado el momento de recordar que somos seres de luz

y de retomar nuestro poder.

 

 

La ciencia empieza a confirmar nuestra verdadera naturaleza. El biofísico Frintz Albert Popp afirma que, “Las células de los seres humanos, de los animales y las plantas desprenden luz bajo la forma de biofotón.”

 

Empiezan a admitir que es verdad lo que siempre hemos tenido en nuestra consciencia, pero que hemos olvidado al venir a vivir esta experiencia en este planeta.

 

Somos luz concentrada, pequeños soles que emanan energía vibrando a una frecuencia determinada. Los pensamientos, las emociones y en consecuencia la realidad en la que vivimos están confeccionados a partir de luz, por tanto la realidad que percibimos se mueve dentro de un rango de vibración y todo lo que esté fuera es imperceptible para nosotros, como si no existiera, puesto que no se manifiesta en nuestra realidad. Lo mismo sucedería si sintonizamos una radio con diferente frecuencia.

 

Dentro de nuestro campo podemos vibrar en diferentes niveles y a veces nos dejamos llevar por las circunstancias que van sucediendo en nuestras vidas, esto provoca que nuestra vibración sufra numerosas variaciones y no sabemos que es posible mantener nuestra frecuencia alta, de forma consciente, incluso en los peores escenarios.

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Nuestra vibración, es decir, la energía que emitimos afecta directamente a nuestro entorno, por lo tanto es nuestra responsabilidad, como seres de poder y plenamente conscientes, mantener en todo momento una vibración elevada, puesto que todos los seres humanos estamos unidos a niveles superiores, como células de un mismo cuerpo y cuando una de estas células tiene un problema repercute en todo el sistema.

 

El emitir una secuencia vibratoria no es propio de los seres humanos, todo lo que existe irradia algún tipo de energía: los animales, las plantas, los minerales e incluso los objetos materiales, también emanan energía y vibran en una frecuencia. Nuestra realidad se va confeccionando según el nivel en el que vibremos. Por tanto es muy importante mantenerse lo más elevado posible para ayudar a que nuestro planeta sea el lugar en el que queremos vivir.

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Todo lo que ocurre a nuestro alrededor tiene un impacto en nosotros, pero depende de nosotros decidir cómo nos va a afectar. Podemos sentir miedo, tristeza o depresión, pero tenemos la capacidad de eludir o transmutar estas emociones, en algo que nos haga sentir bien, nuestro estado físico, mental y espiritual, depende solo de nosotros. Tenemos la responsabilidad vibrar alto. Debemos ser conscientes de que el poder está en nosotros, solo basta con enfocar nuestro pensamiento. Podemos elevar la vibración de nuestro cuerpo energético y con el tiempo se verá reflejado en el cuerpo físico como también ayudará a subir la vibración de todos aquellos que se encuentren a nuestro alrededor, porque todos estamos conectados.

 

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Existen varias formas para poder elevar nuestra vibración, estas nos pueden ayudar, incluso en los peores momentos:

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• Ser conscientes de nuestros sentimientos, si el origen de nuestro malestar es confuso, miremos hacia nuestro interior, puede que esto nos ayude a determinar cómo proceder y si conocemos el motivo de nuestro bajón de energía, sería un buen comienzo para buscar la enseñanza que se nos tiene preparada.

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• El poder de la visualización es una práctica muy importante. Es posible que todo lo que visualicemos se convierta en real. Se puede crear un estado de vibración alto tan solo con visualizar aquello que queremos, siempre que vaya en consonancia con nuestro Ser.

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• El poder de los pensamientos, es muy importante elevar nuestro espíritu, proyectar pensamientos positivos y creativos, esto generará sentimientos positivos. Ser conscientes de que los sentimientos de baja vibración debemos cambiarlos al polo opuesto, como decía Hermes Trismegisto “ Si tenemos tristeza, esta desaparece cuando generamos alegría, el miedo desaparece cuando generamos amor". Nunca sintamos lástima de nadie, esto baja la vibración de la persona que nos produce esta pena y también la nuestra. Esto es lo que promueve por ejemplo, la televisión que provoca este tipo de sentimientos. Es muy importante evitar largas exposiciones a campos electromagnéticos, teléfonos móviles y redes wiffi, el evitarlas nos ayudará a sentirnos mejor.

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• Mantener la atención en el presente, en el aquí y ahora. La mayoría de los estados que provocan emociones negativas, se alimentan de proyecciones futuras o vivencias del pasado. Debemos dejar el pasado atrás, ya pasó y nunca más volverá a pasar y el futuro lo estamos construyendo hoy. Debemos verdaderamente vivir en el presente, lugar donde debemos centrar toda nuestra energía y atención. Esta es una forma de conectarnos con nosotros mismos y automáticamente eleva nuestra vibración. Una buena forma de mantenernos anclados en el presente es hacer respiraciones profundas repartidas a lo largo del día.

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• El amor es la más alta vibración que existe. Abrir el corazón al amor puro e incondicional, es la conexión más auténtica con la creación. Nuestra más alta aspiración es irradiar y sentir amor en cada momento, con cada cosa que hacemos o con cada persona que encontremos. Somos seres de amor que a veces olvidamos nuestra naturaleza y caemos en el miedo. Tenemos que recordar nuestra esencia. El mayor ejemplo de amor puro lo vemos en los animales, incluyendo nuestras mascotas. Así como los bebés o los niños, los animales tienen una valiosa inocencia que les permite recibir y entregar amor, sin importar quien sea. El compartir con animales nos puede ayudar a sanar y elevar nuestra frecuencia. Cuando los protegemos nos sentimos bien porque ellos son capaces de elevar nuestras frecuencias en agradecimiento, también lo hacen cuando son felices.

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• La música es uno de los más grandes instrumentos por los cuales se pueda elevar la vibración, pero también te puede provocar de bajarla, si estamos con una pena de amor, nos refugiaremos en una música de baja vibración y allí nos quedaremos y atraeremos a personas que están también en esa vibración. La música que escuchamos refleja los sentimientos que habitan en nosotros, ya sea de forma consciente o inconsciente. debemos optar por una música con frecuencia del amor, quizás en un principio no nos sea muy agradable, si es que estamos en baja vibración, pero esto cambiará con un trabajo constante.

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• Por medio de la meditación, conexión con el Universo. Solo debemos respirar y sentir la conexión con cada lugar de la Tierra, sentir que somos uno con ella, con su naturaleza, con toda la vida existente en ella. Sentir que estamos en armonía con el Universo, como si fuésemos parte de él. 

 "L​a mente debe bailar con el universo, todo el Universo es tu escenario, el alma es tu coréografo. Trata de sentir que lo que sea que hagas, sea la cosa más hermosa, el baile más bonito, porque cada vez que lo haces bailas con el Universo"

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                                                                                                                                                                                 Yogui Bajan

                                                     

• La naturaleza es un elemento muy importante para elevar nuestra vibración. Los árboles y todo el ecosistema que se crea a su alrededor poseen un influjo positivo sobre todos los seres. Un buen paseo por el bosque es una de las mejores terapias que existe. Respirar aire fresco, escuchar con atención los sonidos del bosque. Empaparnos de la esencia de estos lugares mágicos y ser consciente de sus beneficios nos ayudará plenamente.

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• Abrazar los árboles, aumenta nuestra frecuencia. Cuando estamos en contacto con un árbol, su patrón vibratorio influye en el comportamiento biológico del cuerpo humano y lo dirige hacia la curación. Lo mismo sucede cuando caminamos descalzos, cuando nos bañamos en un río, en un lago o en el mar. Cuando olemos una flor o cuando nos maravillamos con la belleza de un espacio natural. En esos momentos es cuando estamos en una conexión profunda con la madre tierra que nos ayuda a elevar nuestra frecuencia.

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• Los baños de sol también son una práctica muy importante, aunque nos han intentado ocultar los beneficios que éste nos proporciona. Lo cierto es que tomar el sol entre 30 o 40 minutos al día en las horas de menor incidencia, hace que todas las células de nuestro cuerpo vibren al máximo.

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• Decir "Gracias" y “Te amo”, son palabras muy poderosas que hacen subir las vibraciones, no solo de las personas que las pronuncian sino de todo aquel o aquello a quien van dirigidas. Dar las gracias y decir te amo al agua que bebemos, al aire que respiramos, a la comida que nos alimenta, al Sol a la Tierra y al Universo, hará que nuestra frecuencia suba de forma notable.

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• La importancia de los alimentos, estos pueden elevar nuestra vibración o bajarla. Comer alimentos procedentes directamente de la tierra, como son las frutas y las verduras, eleva nuestras frecuencias, porque a través de ellos no solo recibimos la energía de la tierra sino también la del sol. Sin embargo los alimentos muertos carecen de luz, apenas tienen fotones y pueden llegar a bajar nuestra frecuencia.

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Estas son solo algunas de las formas que pueden ayudarnos a elevar nuestra vibración, existen muchas otras, como por ejemplo, realizar todo aquello que nos haga sentir plenos y que nos inspire, pero lo que más grande es el Amor, el Amor hacia nosotros mismos y hacia todo lo que existe y sobre todo, el creer en nuestro poder “Somos capaces de crear nuestra realidad, sea cual que sea”. Si creemos que nuestra vida está llena de cosas positivas, así será. Si creemos en lo contrario, eso nos llegará.

 

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Si las cosas no nos salen bien, apliquemos el viejo dicho “a mal tiempo buena cara”,

no podemos evitar que sucedan ciertas cosas, pero sí podemos elegir cómo afrontarlas.

 

Nuestra actitud frente a la vida condiciona nuestra vibración.

 

Cuando nuestra vibración es baja, atraemos energías perjudiciales y si es alta, todo lo contrario.

 

Lo importante es ser conscientes de que es nuestra decisión ser felices o desdichados.

Solo así podemos tomar las riendas de nuestra vida.