La alimentación y los oligoelementos
Sabemos que una deficiencia o carencia en oligoelementos puede desajustar los mecanismos esenciales del buen funcionamiento del cuerpo humano, pudiendo ir hasta provocar diferentes trastornos o enfermedades.
Debemos saber que nuestra alimentación no es siempre suficiente para aportar las cantidades necesarias de oligoelementos, debido a las técnicas de cultivo intensivo y de refinación de los alimentos. Además, nuestros modos de conservación o de cocción de alimentos, los empobrece aun más en oligoelementos.
Nuestra alimentación moderna representa, contra toda expectativa, uno de los principales riesgos de carencia. Es posible que esas carencias puedan ser agravadas en caso de circunstancias particulares, marcadas por una sobre consumación de oligoelementos.
Ejemplo:
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alimentación desequilibrada
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abuso de alcohol
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tabaquismo
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estrés
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contaminación
En fin, muchas patologías conducen, ellas mismas, a una “consumación” exagerada de oligoelementos. Esto viene a agravar los déficit pre-existentes en oligoelementos. Se crea un verdadero círculo vicioso que es conveniente romper completando los aportes.
Hay oligoelementos que son necesarios y otros no.
Se le llama oligoelemento esencial al oligoelemento que tiene un rol fisiológico conocido y que es indispensable al funcionamiento normal del cuerpo humano. Como este no puede ser sintetizado por el organismo, debe ser aportado por la alimentación.
Oligoelementos esenciales:
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cromo (Cr)
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cobre (Cu)
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hierro (Fe)
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fluor (F)
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yodo (I)
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molibdeno (Mo)
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selenio (Se)
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zinc (Zn)
Otros oligoementos son considerados como potencialmente indispensables en el hombre. Se puede citar:
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el manganeso (Mn)
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el nikel (Ni)
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el litio (Li)
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el silicio (Si)
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vanadio (V)
Estados que necesitan un aporte suplementario de oligoelementos:
Estados fisiológicos:
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Crecimiento
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Embarazo
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Lactancia
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Menopausia
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Actividad deportiva
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Envejecimiento
Estados patológicos:
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Patologías inflamatorias crónicas o reincidentes (infecciones, reumatismos, …)
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Patologías cardio-vasculares
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Depresión
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Tumores
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Alergias
Un aporte de oligoelementos permitirá compensar una carencia y ayudar a restablecer el funcionamiento normal del organismo.
Los oligoelementos son indispensables a cualquiera edad de la vida, cada oligoelemento posee sus propias virtudes. En función de la edad, del sexo y del estado general, las necesidades pueden variar. Sabemos que el niño y el adolescente tienen necesidades nutricionales específicas debido a su crecimiento, pero también al desarrollo de su actividad tanto física como intelectual. Con el fin de prevenir cualquiera carencia, un suplemento en oligoelementos es a menudo recomendado.
A edad adulta los déficit de oligoelementos pueden ser responsables de la pérdida de forma, de tono, de dificultades de concentración, de estrés, de envejecimiento prematuro. La mayoría del tiempo estos trastornos son pasajeros, pero pueden también, a veces dar lugar a ciertas enfermedades cardiovasculares y trastornos inmunitarios.