Los persas utilizaban el granate contra los rayos y la fiebre. Como amuleto era muy apreciado para ellos, lo llamaban “León granate”, ya que consideraban que esta gema era la sangre petrificada de un Dios, otorgando a quien lo portaba la invulnerabilidad.

 

En tradiciones orientales se consideraba que el granate nacía de la cabeza de las serpientes, manteniendo la creencia de que estas piedras les servían de guía al animal en su camino hacia la muerte, ya que carecían de buena visión. Aseguraban que, en su agonía, los reptiles llevaban una de estas gemas en su mandíbula y que sólo la soltaban cuando tenían necesidad de comer.

 

Los caballeros medievales acostumbraban a llevar un saquito con un granate a las cruzadas, con el fin de recuperarse rápidamente si resultaban heridos o si eran envenenados.

 

El granate es una piedra protectora. Hace quinientos años, se creía que alejaba demonios y fantasmas nocturnos. En la actualidad, se le considera, junto a muchas otras piedras protectoras, como una piedra que fortalece el aura y crea un escudo cargado de vibraciones positivas que repele las energías negativas a través del contacto. Es posible que un asaltante parta repentinamente, espantado por las “malas vibraciones” que usted esta enviando, puesto que son particularmente prescritos como una protección contra ladrones. Por ello, si se ha obtenido de una forma deshonesta, invierte sus propiedades acarreando desgracias.

 

Esta piedra de color rojo ardiente, se usa para aumentar la fuerza corporal, la resistencia y el vigor. Si la llevas durante operaciones mágicas obtendrás una energía extra. También es conveniente usarla cuando se requiera un esfuerzo físico o mental (largas caminatas, estudiar hasta la madrugada, realizar rituales delicados…)

 

Cuando te tienes que separar de un amigo durante un largo periodo de tiempo, es conveniente intercambiar piedras de granate (las cuales han tenido que ser cargadas previamente con la energía de cada uno), con el fin de estar mágicamente seguros del reencuentro.

 

Es la piedra más indicada (junto con el jaspe rojo), para aumentar el deseo sexual, sobre todo dentro de la pareja.

 

El granate afina tus percepciones de ti mismo y de los demás. Disuelve aquellos patrones de conducta que tenemos muy arraigados, que ya no nos sirven y que nos impiden evolucionar, superando la resistencia y el sabotaje inconsciente. Nos ayuda a abandonar las viejas ideas obsoletas y libera las inhibiciones y tabúes, abriendo el corazón y aumentando la confianza en uno mismo.

 

Regenera el cuerpo y estimula el metabolismo. Trata los problemas espinales y celulares. Purifica y reenergiza la sangre, el corazón y los pulmones. Regenera el ADN. Ayuda a asimilar mejor los minerales y vitaminas.

 

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Colocación en Chakras:

 

• Chakra base: Favorece la eliminación de productos de desecho y regula el funcionamiento del sistema digestivo y excretor, como los movimientos peristálticos del intestino.

 

• Chakra umbilical: Previene los desordenes menstruales, disfunciones erectiles, alteraciones psíquicas y ataques epilépticos. Colocar durante 10 minutos diarios en estado de relajación y tumbados para aumentar la potencia sexual.

 

• Chakra del corazón: Contribuye a purificar la sangre asegurando una correcta oxigenación de ésta, a la vez que previene problemas de artritis y pseudocalcificaciones óseas. Trabaja sobre la memoria y la columna vertebral. Combate la depresión, la fatiga y el letargo. Activa la imaginación y despierta la creatividad.

 

Como colgante: Preserva de accidentes en los viajes, pero si se ha obtenido de forma deshonesta invierte sus propiedades acarreando desgracias.