Ácidos grasos
saturados
Hacen parte, entre otros: los ácidos, palmítico esteárico, araquídico, behénico, lignocérico, etc.
Un ácido graso saturado es un ácido graso que contiene átomos de carbono totalmente saturados en hidrógeno. Cada carbono lleva el máximo de hidrógenos posible. No se puede agregar hidrógenos a la molécula: esta saturada.
Todos los enlaces entre los carbonos son simples (no hay enlaces dobles carbono -carbono).
Las grasas saturadas, un tipo de lípido, son triglicéridos obtenidos por reacción de tres moléculas de ácidos grasos saturados sobre una molécula de glicerol.
Se podría comparar los ácidos grasos saturados con una persona cuyas dos manos están llenas o “saturadas” por objetos y que no puede llevar otra cosa ni participar en otras actividades.
NOTA:
La cantidad media de ácido graso por día y por persona es de más o menos 1 gr. por Kg. de peso, esto corresponde a ¼ de ácido graso saturado y ¾ de ácido graso repartidos de la siguiente manera: de 20 a 25% de ácidos grasos mono-saturados (o ácidos oleicos); 60% de ácidos grasos linoleico omega 6 poliinsaturados; y de 10 a15% de ácidos grasos alfa-linoleico omega 3 poliinsaturados. El aceite de coco respeta muy bien todas estas diferentes proporciones de ácidos grasos mono et poliinsaturados.
En principio, por un adulto, el aporte de 1 cuchara de sopa de aceite en la comida del mediodía y de la tarde es suficiente. Las otras formas de acido graso serán aportados por el queso, el yogurt, la mantequilla, el huevos, la carne, el pescado, los mariscos, como también por la transformación de los glúcidos en grasas de reserva (cereales, carbohidratos, galletas, etc.).
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Aportan las vitaminas A y D3 indispensable en la calcificación, los vegetales toman a cargo la vitamina D2.
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Aportan una energía comparable a la de los glúcidos y particularmente adaptados a los esfuerzos musculares de larga duración.
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El organismo, en caso de falta, puede fabricarlo a partir de ácidos grasos mono-insaturados y poliinsaturados.
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Permiten lubricar el intestino hasta su extremidad.
El organismo tiene necesidad de ácidos grasos saturados, pero en cantidades moderadas, puesto que el exceso puede resultar muy perjudicial para la salud. En caso de falta, el cuerpo estará forzado a saturar, gracias a las enzimas saturases del hígado y de los ácidos grasos insaturados.
No debemos olvidar que ciertos aceites vegetales contienen una fuerte concentración de ácidos grasos saturados, como el aceite de copra (extracto de pulpa de coco), la grasa de palma (extracto del fruto de la palma de aceite), la grasa de palmiste (extracto de almendra del fruto de esta palmera).
Estos aceites vegetales están compuestos de:
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90% de ácidos grasos saturados;
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8% de ácidos oleicos mono-insaturados;
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2% de ácidos linoleico poliinsaturados.
Aunque estos aceites son de origen vegetal, son relativamente indigestos y su consumación debe ser ocasional. Se encuentran en la mayoría de los productos alimenticios como en los pasteles, galletas y postres.
En ciertos alimentos industriales (bizcochos, pasteles secos y pasteles blandos, por ejemplo), se puede encontrar mezclas muy poco dietéticas, por consiguiente se aconseja prohibir las grasas de origen diversos tales como:
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cacahuete refinado o hidrogenado (es decir, transformado en presencia de hidrógeno, lo que la vuelve nefasta para la salud);
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aceite de pescado refinado;
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aceite vegetal refinado;
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palma refinada;
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palmiste;
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manteca de cerdo;
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Sebo (grasa animal de oveja, de vacuno)
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aceite de maravilla refinada
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aceite de copra refinado;
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aceite de colza refinado.
Los ácidos grasos saturados producen, como se ha visto, hormonas (las prostaglandinas PGE2, las leucotrienos et los tromboxanos) que tienen un rol importante:
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Vasoconstrictor (aumentación de la tensión arterial, cuando es muy baja, por ejemplo);
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Antiagregantes plaquetarios (que ayudan la coagulación sanguínea a fin de evitar las hemorragias);
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Inflamatorio (que ayuda los procesos de sanación cuando la inflamación no es excesiva y cuando está bien controlada por el organismo).
Se puede encontrar un exceso de acidos grasos saturados en el organismo, particularmente atribuible:
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a un aporte muy importante de grasas animales, de productos o de subproductos animales;
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a una falta de ácidos grasos poliinsaturados de origen vegetal, puesto que la mayoría de entre nosotros consumimos estos aceites refinados cuando deberíamos elegirlos, de preferencia, de primera presión en frío, virgen y biológica;
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a un aporte muy importante de glúcidos refinados (pan, pastas, arroz, cereales, pasteles, bizcochos, etc.) que favorecen en exceso el colesterol “malo” LDL.
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a un mal funcionamiento enzimático del delta 6 desaturase, que no se encuentra en estado de asegurar la transformación de los ácidos grasos poliinsaturados.
Los factores responsables del mal funcionamiento de esta enzima son:
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el exceso de consumo de alcohol;
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el exceso de colesterol en el organismo;
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un exceso de grasas animales;
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el calentamiento y el refinamiento de las grasas;
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carencias en ciertos oligo-elementos y vitaminas (zinc, magnesio, vitaminas B6, B8, PP o B3) que son los activadores de la enzima delta 6 desaturase;
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deficiencia en insulina;
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desórdenes hormonales debidos al estrés excesivo (adrenalina, cortisol);
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diabetes;
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infecciones virales;
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irradiaciones;
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carcinógenos;
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el envejecimiento, en función del modo de vida.
Las consecuencias de un exceso de ácidos grasos saturados son:
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hipertensión arterial;
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aumentación de la agregación plaquetaria con riesgo de trombosis, de infarto, de enfermedades cardio-vasculares, coágulos (obstrucción de un vaso por un cuerpo extranjero:
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callos grasos, células malignas, bolas de gas);
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la aumentación de los procesos inflamatorios (eczemas, psoriasis, ciertos tipos de reumatismos, alergias, problemas respiratorios, asma);
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desequilibrios hormonales;
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menstruaciones difíciles y dolorosas.