La sangre es una solución acuosa (plasma) en la cual se bañan las células. El plasma está compuesto por un 92% de agua, nutrientes (glucosas, aminoácidos), sales minerales (calcio,…), gases respiratorios, hormonas, proteínas. Las células incluyen los glóbulos rojos para transportar el oxígeno, los glóbulos blancos para asegurar las defensas y las plaquetas que favorecen la coagulación de la sangre.

 

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Por ejemplo, en un hombre de 65 kg, los 5 litros de sangre representan:

• 3 litros de plasma,

• 44 mil millones de glóbulos blancos,

• 27 000 billones de glóbulos rojos y

• 1000 billón de plaquetas.

 

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El terreno bioelectrónico de la salud

 

Esta estabilidad del medio interior, indispensable para asegurar el funcionamiento armonioso de los diversos sistemas del organismo, demuestra la realidad biológica de la noción del terreno, que por largo tiempo ha guardado un aspecto empírico con la topología de Hipócrates linfático, sanguíneo, bilioso, nervioso).

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Varios médicos, químicos y fisiólogos han afirmado la gran importancia del terreno sobre el microbio, percibido como un simple huésped de paso que encontró un terreno favorable para su desarrollo, o como una simple consecuencia del terreno viciado. Luis Pasteur reconoció antes de morir, que el microbio no es nada comparado con el terreno biológico más fundamental.

 

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La salud perfecta (SP) es un estado frágil que tiene coordenadas

bioelectrónicas precisas.

 

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Salud y bioelectrónica

 

Cuando la energía y las defensas inmunitarias son prosperas, la salud perfecta se aprecia con la ayuda de nueve medidas: tres obtenidas con cada uno de los tres líquidos fisiológicos: la orina (agua libre), la sangre (agua circulante) y la saliva (agua ligada).

En esta tabla se presentan para los dos sexos, las medidas que reflejan el estado de salud perfecta de jóvenes deportivos de 20 años y los límites vitales de loas medidas para la sangre propuesta por Louis-Claude Vincent, 1975.