Síndrome de fatiga crónica
Una fatiga extrema es el síntoma principal de este síndrome, cuyas víctimas pueden presentar signos múltiples – dolores musculares, en particular después de un esfuerzo, erupciones cutáneas persistentes, contracturas musculares, dolores toráxicos, fenómenos de sudación localizadas en ciertas partes del cuerpo, fiebre, escalofríos, dolores de cabeza, zumbido de oídos, trastornos visuales, nauseas, dolores gástricos, insomnio, adenopatía, frecuentes deseos de orinar, olor corporal anormal.
Las personas afectadas por el síndrome de fatiga crónica, de manera general, se sienten en mal estado físico, y a menudo se sienten disminuidos igualmente en el plano intelectual (trastornos de la memoria y de la concentración); perturbados en el plano psicológico, presentan cambios de humor y depresión.
El síndrome de fatiga crónica por lo general se presenta luego de una enfermedad viral en la que la persona no logra recuperarse. La afección primaria, una gripe, por ejemplo, o una gastroenteritis, pueden ser sin gravedad, a veces hasta pasar desapercibida. Después de una enfermedad viral, no es raro que uno se sienta cansado, abatido, durante varias semanas. Pero en este síndrome, los síntomas son más graves; el menor esfuerzo provoca una gran fatiga muscular que es necesario de algunos días para recuperarse.
Las investigaciones médicas han permitido poner al día una cantidad de anomalías en las personas afectadas de esta enfermedad, en particular a nivel de sistema inmunitario y del aspecto de fibras musculares. Las causas pueden ser una anomalía genética del sistema inmunitario, una reacción anormal a un virus particular, estos y otros podrían ser los factores responsables de la aparición de la enfermedad. El virus de la mononucleosis infecciosa ha sido encontrado en ciertos enfermos, y el síndrome de fatiga crónica no deja de recordar la debilidad prolongada que puede seguir a una mononucleosis infecciosa. Entre los otros virus responsables, se puede citar los enterovirus (que se desarrollan en los intestinos) y el virus de la varicela.
De todas maneras, estos virus actuarán como factores desencadenante sólo en algunas personas.
Un número de víctimas del síndrome de fatiga crónica tienen, por lo demás, en común la particularidad de haber pasado por un estrés de orden físico o moral en un pasado reciente. Cualquiera sean los síntomas que afecta a cada enfermo, siguen una curva fluctuante, las fases agudas alternan con periodos de remisión.
El síndrome de fatiga crónica toca de preferencia a personas activas, exitosas profesionalmente, de una treintena de años. Durante los primeros casos la enfermedad fue a menudo asimilada a una gran fatiga, o a una forma de depresión, debido al ritmo ajetreado de la vida moderna. Luego, a medida que los casos se multiplicaban y que médicos y científicos comenzaban a tomar en serio ese extraño mal, se habla de fatiga postviral.
La diversidad de síntomas implicados rendía la identificación de la enfermedad extremadamente difícil. Las personas afectadas parecían sufrir dolores totalmente diferentes. En realidad, los enfermos presentan los mismos síntomas, pero su intensidad varía de una persona a otra.