La vibración
del Universo
¿Has sentido el placer del amor, de la tranquilidad, de la paz, de la armonía, del bienestar
o has estado más receptivo cuando estás en medio de la Naturaleza?
En 432 Hertz vibran los principios de la media de oro PHI y se unifican las propiedades de la luz,
tiempo, espacio, materia, gravedad y el magnetismo con la biología,
el código del ADN y la consciencia.
Todo esto tiene una explicación, el Universo tiene una vibración natural de 432 hertz (ciclos por segundo). Cuando nos encontramos en lugares sin contaminación, podemos entonar en Consciencia y en Ser, con la energía universal.
Estas poderosas frecuencias fueron utilizadas por la iglesia, en la antigüedad con un propósito espiritual. Cuando la gente cantaba en Latín se conseguía atravesar todas las formas limitadas del pensamiento, llegando a niveles más profundos del subconsciente, accediendo a percepciones más allá del sistema de creencias. El canto Gregoriano manejaba estas frecuencias, y por ello estos coros realizaban sanaciones milagrosas entre los monjes y los feligreses que los escuchaban.
Estas frecuencias están aparejadas con lo que es la secuencia primordial de emanación, como estructura geométrica para la creación de todo el universo. Es la afinación de la naturaleza. Son las frecuencias de los sonidos originales.
Las seis frecuencias Solfegio, incluyen:
• UT (DO) – 396 Hz – Liberación de culpas y miedos
• RE – 417 Hz – Deshacer situaciones y facilitar los cambios
• MI – 528 Hz – Transformación y milagros (reparación del ADN)
• FA – 639 Hz – Conexiones y Relaciones
• SOL – 741 Hz – Despertar de la Intuición
• LA – 852 Hz – Retorno al Orden Espiritual
Estas frecuencias tienen relación con la Geometría Sagrada, y los números que las representan están vinculados matemáticamente formando una secuencia.
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La tercera nota, frecuencia 528, se relaciona con la nota MI de la escala y se deriva de la frase “MI-ra gestorum”, que en latín, significa MILAGRO. Ésta es la frecuencia exacta usada por los biogenetistas para reparar el ADN roto, el programa genético sobre el cual se basa la VIDA.
→ La más alta vibración es la del Amor, cuando vibremos en ella, nuestros cuerpos resonarán en armonía con la frecuencia solfeggio.
Nikola Tesla, Raymond Rife, e incluso Mozart, Haydn, Beethoven y Chladni, usaron el concepto del poder inherente de las terceras, las sextas y las novenas. Cada una de los seis tonos claves del Solfegio incorporan individualmente el esquema pitagórico del 3-6-9, que son utilizadas en combinaciones, sirven como “portales” hacia otras dimensiones.
Un ministro de propaganda nazi llamado Joseph Goebels creó un decreto universal en 1939 por el cuál se instaba a todo el mundo a afinar el LA musical a 440 Hertzios, en lugar de a 432 Hz, frecuencia a la que se afinaba toda la música hasta el momento. Desde 1939 hasta hoy en día se ha entonado a esa frecuencia. Esto provoca en la gente pensar y sentir de una manera determinada y se la mantiene sumida en un desorden interno.
Toda la música que escuchamos en este momento, genera una frecuencia inarmónica con el planeta y con el organismo humano.
La frecuencia del planeta Tierra es de 8 Hz. Las ondas alfa, la frecuencia del cerebro en estado de relajación profunda, son ondas a 8 Hz. Afinar a 440, hace que la base no sea 8, sino 8’25, lo cual significa que los armónicos que generan no son armónicos con el planeta.
La primera alteración física que podemos notar cuándo llevamos un rato escuchando música, es cansancio, fatiga, desgano, lo que luego lleva a hacernos sentir inseguridad, miedo, angustia y desorden interno. Nos agudiza las emociones negativas, motiva a la rebeldía, por lo tanto a bloqueos energéticos, lo cual favorece enfermedades físicas. Esto sucede porque los armónicos de la música no encajan con la frecuencia vibratoria del ser humano.
El uso de sintonía a 440 Hz genera un efecto intencional insalubre en el medio ambiente y en los seres vivos. Esto produce un cambio fuera de la naturaleza, en cómo pensamos y cómo nuestro ADN regula nuestra constitución genética.
El cerebro y el ADN están profundamente conectados al 432 a través de la procesión de los equinoccios y frecuencias cósmicas de 8 hz como lo son el movimiento del Sol y Saturno. Hay estudios más profundos basados en el movimiento planetario y tonos armónicos que se prestan más al apoyo de lo “orgánico” basado en los 432 Hz como una fundamento sólido para la estructura musical y regulación de nuestra salud.
Si la música no está en armonía con el planeta, no está en armonía con el Ser humano y cómo consecuencia se producen alteraciones en ambos.
→ Las notas hacen 12 armónicos, cuando se toca una nota afinada a un LA afinado a 432 Hz.
→ Cuando uno toca en un LA afinado a 440 Hz, sólo se hacen 8 armónicos.
→ La sintonización a LA = 432 Hz se correlaciona con el espectro de colores, mientras que el LA = 440 Hz no lo esta.
→ Cuando nuestros átomos y el ADN empiezan a resonar en armonía con el patrón en espiral de la naturaleza, se dice que nuestro sentido de conexión con la naturaleza se magnifican. El número 432 también se refleja en las relaciones entre el Sol, la Tierra y la Luna, así como la precesión de los equinoccios, la Gran Pirámide de Egipto, Stonehenge, el Yantra Sri entre muchos otros lugares sagrados.
Todas las frecuencias en el espectro están relacionados en octavas, desde los rayos gamma a los subarmónicos. Estos colores y notas también están relacionados con nuestros Chakras y otros centros de energía importantes. Los Chakras están conectados a los Siete Rayos del espectro solar, entonces las notas y las frecuencias que utilizamos para el mismo deben ser los mismos. LA 432 Hz es la afinación del Teclado Cósmico o el Diapasón Cósmico. Eso coloca la Do# a 136,10 Hz 'Om', que es la nota principal del Sitar en la música clásica de la India y el tono de los cantos de los monjes tibetanos, que nos dicen 'viene de la naturaleza' (Dameon Keller).
"La música basada en DO = 128 Hz (nota DO en concierto LA = 432hz ) apoyará a la humanidad en su camino hacia la libertad espiritual. El oído interno del ser humano se basa en DO = 128 hz" (Rudolph Steiner)
“Por la re-sintonización de instrumentos musicales y el uso de la afinación de concierto a 432 hertzios en vez de 440 hertzios, tus átomos y el ADN empiezan a resonar en armonía con la espiral de PHI de la Naturaleza.” (Brian T. Collins).
Para evitar que esto continúe sucediendo, deberíamos afinar la música a 432 Hz. Y podemos hacerlo utilizando un programa que permita bajar la frecuencia. Las interpretaciones sonarán un poco más lentas, pero es casi imperceptible. Hay programas que sirven para manejar, editar y grabar música. Esta música después se debe pasar a DVD en lugar de en CD, porque los CD’s no tienen capacidad de manejar 12 armónicos, sólo manejan 8 armónicos, y no serviría de nada porque estaríamos recortando 4 armónicos.
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